Espirulina y contaminación

Cuando adquirimos un complemento alimenticio de espirulina, hemos de poder consultar los certificados de análisis del producto final, para poder asegurarnos que estamos comprando un producto libre de contaminación bacteriana y metales pesados.
Un problema potencial del cultivo de espirulina es la contaminación bacteriana: el agua puede contener patógenos y durante el procesamiento también existe riesgo de contaminación. Por lo tanto, la carga bacteriana del producto final dependerá de varios factores. Solamente la instauración de buenas prácticas de fabricación y un análisis microbiológico en cada lote puede garantizar la seguridad del producto. Hemos de asegurarnos de que el producto final cumpla con los requisitos especificados por la Farmacopea Europea.

Respecto a los metales pesados, el mercurio, plomo, arsénico y cadmio son potenciales contaminantes de los cultivos de algas ya que forman parte de la contaminación industrial y se pueden encontrar trazas de estos metales en los fertilizantes. Además, algunas microalgas acumulan metales pesados de forma natural. Al igual que con el contenido en microorganismos, los complementos alimenticios deben cumplir los siguientes criterios (Reglamento (CE) nº629/2008):

Mercurio:<0.1 mg/Kg

Cadmio:<1 mg/Kg

Plomo:<3 mg/Kg

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Fuente

Spirulina in Human Nutrition and Health. Editado por M. E. Gershwin,Amha Belay.